Aunque la expatriación es una gran oportunidad profesional, también es un trastorno temporal en la vida de una persona. Negociar adecuadamente las condiciones de tu expatriación te ayudará a limitar los obstáculos que puedan surgir cuando vayas a trabajar al extranjero.
Negociar tu estatus en el extranjero
Tu estatus depende de la duración de tu estancia en el extranjero y de la empresa para la que vayas a trabajar. En otras palabras, si estás en comisión de servicios o si se te considera un expatriado.
El estatuto de expatriado debe distinguirse del de trabajador desplazado. Los trabajadores desplazados conservan su contrato de trabajo con su empresa de origen. Con la expatriación, el trabajador firma un contrato de trabajo local. Por tanto, sólo cotizan al régimen local.
Negociar tu salario y la cobertura de la seguridad social
Si la expatriación supone un ascenso, puedes negociar tu salario además de los beneficios asociados a la expatriación.
– Habla con tu empresario sobre tu salario, que es la cantidad que habrías percibido si te hubieras quedado en tu país de origen. En otras palabras, el salario bruto que percibías antes de ser enviado al extranjero.
– Averigua cuál es el salario de referencia en tu país de acogida (equivalente a lo que ganaría un ciudadano local en un puesto similar). También debes informarte sobre los salarios de referencia en terceros países y a nivel internacional, para que puedas evaluar más fácilmente el salario al que tienes derecho.
– Negocia un salario neto de cargas sociales locales. Infórmate sobre la estabilidad de la moneda en la que se paga tu salario y considera la posibilidad de introducir salvaguardias para limitar las variaciones del tipo de cambio.
Bonificaciones por expatriación. Existen distintos tipos de bonificaciones:
– La prima de dificultad para destinos difíciles debido a su situación política peligrosa o inestable. O por las condiciones climáticas o la falta de instalaciones educativas o sanitarias satisfactorias.
– Subsidio de movilidad pagado al principio y al final de la misión.
– La prima por el coste de la vida en destinos caros.
– La ayuda a la instalación para financiar los primeros gastos in situ.
También debe abordarse la cobertura de la seguridad social (sanidad para toda la familia, desempleo y cotizaciones a la pensión). La pérdida de derechos de protección social en el país de origen, si el régimen del país de acogida la compensa parcialmente o no la compensa en absoluto, supone una pérdida virtual de ingresos para el trabajador. Tendrá que contratar su propio seguro privado. Por ello, los futuros expatriados pueden negociar, por ejemplo, cubrir su propio seguro médico complementario y el de su familia en el país de acogida.
Negociar las prestaciones durante la expatriación
Ayuda para el traslado al extranjero – Ayuda para el alojamiento – Ayuda para la mudanza – Ayuda para el transporte Ayuda a la familia – Ayuda para la escolarización de los hijos – Ayuda para el empleo del cónyuge – Ayuda para mantener los vínculos personales
Protección social al expatriarse
La condición de trabajador expatriado implica necesariamente un cambio en la cobertura de la seguridad social.
Esta protección social en el extranjero tiene en cuenta todos los mecanismos de contingencia relativos a enfermedad, invalidez, desempleo, jubilación, etc. En cuanto al seguro de enfermedad, como los costes sanitarios varían de un país a otro y pueden ser muy caros, se recomienda encarecidamente contratar un seguro de enfermedad adicional para expatriados. Mondassur, corredor de seguros médicos internacionales desde hace 20 años, ofrece una gama de soluciones de seguros, entre ellas elGoldExpat para expatriados. Contratando el seguro GoldExpat, los expatriados tienen la garantía de estar bien cubiertos en todo el mundo cuando viajan.
Negociar las condiciones de retorno al país de origen
Negociar las condiciones de tu retorno desde el principio significa que puedes marcharte con tranquilidad. De hecho, la mejor forma de reintegrarse con éxito tras una misión de expatriado de media o larga duración es establecer las condiciones incluso antes de irte.
Una vez instalado en el extranjero, debes mantener una relación con la empresa.
Un contacto regular con tus superiores y compañeros facilitará tu regreso en buenos términos. Además, comprueba con tu responsable de RRHH que encontrarás un puesto de trabajo en la empresa cuando regreses. También puedes negociar cursos de formación para ti y ayudas para la reincorporación de tu cónyuge al trabajo.
Obligaciones del empresario
La expatriación de trabajadores implica una serie de deberes por parte del empresario. Deberes como la obligación de informar y la obligación de garantizar la seguridad.
La primera obligación del empresario es proporcionar al trabajador el contrato de trabajo adecuado. En función de la duración y las condiciones de la misión. También existe una obligación de información. El empresario está obligado a informar al trabajador de que desea enviarle a trabajar al extranjero antes de su partida.
También es responsabilidad del empresario informar al trabajador sobre las condiciones de salud y seguridad en el país de acogida. Por último, el empresario también tiene una obligación de seguridad, que va más allá del ámbito profesional. Por tanto, parece necesario un seguro especializado. Cuando el trabajador ha sido destinado a una filial con sede en el extranjero, el empresario también tiene la obligación de repatriar y reintegrar al trabajador.