En los últimos años, los viajes han adquirido una dimensión totalmente nueva, con un énfasis cada vez mayor en el turismo sostenible (responsable) frente al turismo de masas. La crisis sanitaria de Covid ha hecho que esto sea aún más cierto. Esta práctica implica mantener la huella de carbono del viaje lo más pequeña posible. No es sólo una cuestión de contaminación. Hay una serie de factores que hacen posible el viaje responsable.
¿Por qué deberías viajar de forma ecorresponsable?
El turismo es un sector en rápida expansión, con consecuencias nefastas para el medio ambiente, las poblaciones locales y la biodiversidad. El turismo contamina, eso es un hecho. Se calcula que el transporte aéreo emite casi el 4% de las emisiones mundiales de CO2. Cabe señalar que la tecnología digital, y el streaming de vídeo en particular, ya está emitiendo más CO2 a la atmósfera, y se prevé que su crecimiento sea exponencial. Otros sectores económicos emiten aún más.
Eso no es motivo para contaminar cada vez más, sobre todo cuando se trata de descubrir y de ocio… Viajar es una experiencia única que hay que desarrollar. Es esencial hacerlo de forma responsable con el medio ambiente. Esto reduce considerablemente nuestro impacto en el planeta, al tiempo que nos ofrece una forma totalmente nueva de disfrutar de nuestro viaje. Cuando adoptas las actitudes de un viajero ecorresponsable, contribuyes a proteger el medio ambiente.
Adoptar gestos respetuosos con el medio ambiente para viajar de forma responsable
El turismo responsable significa limitar tu impacto sobre el medio ambiente y sobre las personas que viven en los lugares que decides visitar. Para conseguirlo, hay una serie de medidas que puedes tomar para consumir de forma responsable. Esto significa adaptarse a la cultura local y limitar los residuos y el consumo en tu destino. También implica los medios de transporte que utilizas. Piensa en la movilidad suave, como la bicicleta, y favorece el transporte público, evitando en lo posible el avión o el coche privado una vez estés allí.
Fomentar las relaciones con la población local
Elija un alojamiento que se esfuerce por reducir su impacto en el planeta.
Por ejemplo, reservando una habitación en un hotel ecológico, en un establecimiento que se integre en el entorno, o incluso en una casa de acogida. También existe el Couchsurfing, que cada vez es más popular. Este concepto se basa en poner a su disposición gratuitamente una cama o un sofá durante un periodo muy breve, normalmente uno o dos días, y contribuye a limitar su consumo de energía.
No olvide tampoco llevar poco equipaje. Llevar demasiada ropa significa tener que cambiarse con mucha más regularidad de la necesaria, lo que supone tener que lavar mucho más y, por tanto, consumir demasiada agua y electricidad.
Además, es una forma estupenda de evitar el dolor de espalda… de tanto cargar con el equipaje. Mientras exploras un país, es buena idea crear oportunidades para conocer a los lugareños. Y si quieres hacerles una foto, ¡pídeles permiso!
Pasos sencillos para limitar tu impacto en el medio ambiente
Además, tome medidas sencillas para reducir su consumo de residuos, especialmente de plástico: rechace las muestras, las pajitas en los restaurantes, las bolsas de plástico en el mercado, y utilice botellas de agua en lugar de botellas de plástico. Si no se reciclan, la mayoría acaban en los océanos, provocando la muerte de millones de especies marinas.
Llévate también una bolsa para la basura cuando salgas. Por último, limita el uso de cosméticos, sobre todo en zonas con pocas depuradoras… Todo acaba más fácilmente en la naturaleza. Así que opta por una crema solar no contaminante. La crema solar contiene ciertos ingredientes que pueden afectar a los corales y los peces. En su lugar, opta por protectores solares minerales, que son más naturales.
Presta también atención a las actividades que realizas.
Por ejemplo, las actividades que consumen muchos recursos, como el esquí acuático, la navegación a motor (por no hablar de los yates…) y las motos de nieve, consumen muchos combustibles fósiles. El golf, por ejemplo, que requiere enormes cantidades de agua en zonas a veces desoladas, también puede tener un impacto mucho mayor que otras actividades más respetuosas con el medio ambiente, como el senderismo al aire libre o la natación en ríos o en el mar.
Prueba la aventura de un viaje humanitario
El turismo humanitario combina la conciencia social con la protección del medio ambiente. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de la población local preservando su entorno. Es una forma de turismo que gira en torno a la ayuda humanitaria y tiene como valor fundamental: «viajar al servicio de los demás». Participar en la construcción de una escuela o una clínica, o compartir sus conocimientos con niños desfavorecidos son ejemplos de turismo humanitario.
Ayudar a los demás, sentirte útil, descubrir una nueva cultura… ir a una misión humanitaria te da la oportunidad de ayudar a los demás, pero también de enriquecerte profesional y personalmente.
El ecovoluntariado como forma de viaje solidario
El ecovoluntariado es una forma de «turismo participativo» cuyo objetivo es ayudar a las organizaciones locales que trabajan para proteger la naturaleza y preservar y promover la diversidad animal, vegetal, medioambiental y cultural. Los turistas que viajan a Sudamérica pueden ayudar a cosechar café ecológico en un pequeño pueblo boliviano, por ejemplo. O descubrir los animales del Amazonas. El ecovoluntariado es una forma de viajar, descubrir y participar en misiones científicas y ecológicas.
Turismo lento
Este movimiento, en boga desde hace algunos años, aboga por un turismo respetuoso con el tiempo, las personas y el medio ambiente. Los turistas prefieren viajar en tren o en transporte público dentro del país, en lugar de utilizar vuelos nacionales. Esta forma de turismo te permite descubrir de cerca una cultura y una sociedad, y conocer gente nueva. Comer en el lugar, descubrir la cultura y la cocina de un país, y al mismo tiempo apoyar la economía local. Descubrir la artesanía y ofrecer un regalo más original que los habituales de las tiendas de recuerdos.
Apoyar la economía local y conocer gente son las razones por las que cada vez más turistas eligen slowtravel.
Los mejores destinos para el ecoturismo
El ecoturismo, también conocido como «turismo verde», es una forma de viaje responsable basada en el descubrimiento y la conservación de la naturaleza. Los turistas pueden visitar parajes naturales preservados, descubrir culturas diferentes y alejarse del turismo de masas. Se tiene en cuenta el impacto del viaje en la naturaleza, y se mantiene lo más bajo posible. Los beneficios del ecoturismo van directamente a la población local. Por tanto, el viaje forma parte de un enfoque de desarrollo sostenible.
Destinos ecológicos imprescindibles
– Costa Rica: Un referente mundial del ecoturismo. El país cuenta con más de 600 variedades diferentes de plantas, 29 parques nacionales y un centenar de reservas privadas. Además, la electricidad es renovable en un 99%.
– Brasil: uno de los principales destinos de turismo ecorresponsable. La selva amazónica es el mayor bosque tropical del mundo.
El país rebosa de lugares moldeados por la naturaleza (Albrolhos, Chapada Diamantina…) – Canadá: Una tierra repleta de parques naturales perfectamente vírgenes. En Canadá hay más de 35 parques y reservas naturales, incluido el segundo parque más grande del mundo (el Parque Nacional Wood Buffalo de Canadá).
– Kenia: país de África Oriental famoso por su riqueza natural y de creciente interés turístico.
Los principales lugares de Kenia son los parques nacionales de Amboseli y Tsavo, el Kilimanjaro… – Bután: el único país del mundo neutro en carbono. Además, su Constitución estipula que el 60% de su territorio debe protegerse en beneficio de las generaciones futuras.
¡Ahora ya sabes cómo convertirte en un turista ecorresponsable!