Trabajar en el extranjero es ante todo un descubrimiento, un cambio cultural. Hay que acostumbrarse a nuevas formas de trabajar, y no es sólo cuestión de la barrera lingüística.
Tras una encuesta, recogimos los testimonios de varios franceses de los cuatro puntos cardinales.
En Canadá, la principal diferencia con Francia es la facilidad de contratación. Los jóvenes franceses piensan que allí será más fácil encontrar trabajo. Loïs, expatriada francesa, ha visto la oportunidad de demostrar su valía. Si no funciona, te despiden al día siguiente. Así que si progresas rápidamente y eres ingenioso y eficiente, las puertas se abren muy deprisa. Esto puede explicarse por la mayor flexibilidad del mercado laboral en los países anglosajones. A Vincent le ocurrió lo mismo en Londres.
En Asia, tomar la iniciativa y proponer nuevas ideas o proyectos dentro de una empresa no está tan bien visto como en Francia. A Emilie le sorprendió mucho la ausencia del concepto de iniciativa entre los empleados y la visión de los empresarios.
En Dubai, la mayor diferencia cultural es la pausa para comer. En Francia, en un boui-boui: es imprescindible. Pero no es el caso de Dubai. Mouna nos cuenta su experiencia en su nuevo trabajo en marketing. En su primer día, su jefe le informa de que ella controla su propio horario. Así que la primera semana fue al restaurante de la empresa. A veces veía a su jefe apurado con su maletín. Mouna se decía a sí misma que tenía prisa por ir a comer… Hasta que un día recibió de lleno el comentario de su jefe: «Sabes, Mouna, aquí no es como en Francia, ¡no tenemos pausa para comer!
En Alemania conocemos todos los tópicos sobre el rigor alemán. El calendario de tareas puede ser uno de estos clichés. Pero para Antonia es más bien un mal recuerdo. «Sí, sí, ¡el tiempo de respuesta de mis colegas del servicio de atención al cliente fue a contrarreloj!
El síndrome del «sí» en Vietnam. Christophe, un directivo, lo dice mejor que nadie: «Uno de tus empleados vietnamitas nunca dirá ‘no’ por orgullo o convicción. En cambio, no es nada evidente que te vayan a devolver un trabajo que corresponda a tus expectativas y objetivos, a pesar de sus esfuerzos. Por eso lleva más tiempo negociar y poner en marcha una acción en la empresa.
Al final, lo único que hay que hacer es adaptarse, como con todo. Y luego está el mayor choque cultural, ¡quizá en Francia! Para Julie, después de varios años en el extranjero, volver a la cultura empresarial franco-francesa fue a veces un poco difícil.
Sea cual sea el país, elseguro para expatriados le permite viajar con tranquilidad y concentrarse en lo más importante: ¡acostumbrarse a las diferencias culturales!